Los cambios importantes suponen en muchas ocasiones obstáculos importantes, nos sacan de nuestra vida de confort, de las viejas costumbres y rutinas a las que estamos acostumbrados. Nos crean una sensación de incertidumbre, de miedo a lo que sucederá en un futuro, porque al fin y al cabo nos encontramos ante una situación diferente que debemos superar.
Vivimos tiempos de cambio y un buen propósito para este 2017 puede ser el de aceptar los cambios y enfocarlos como algo positivo.
Cómo aceptar el cambio
Como nadie conoce el futuro, solo nos queda afrontar los cambios adaptándonos a ellos y cambiando nuestras acciones y pensamientos. Debemos ser capaces de verlo todo desde otra perspectiva y buscar una nueva realidad.
Aceptar los cambios no es nada fácil, por lo que estaría bien seguir algunas directrices:
- Debemos ser pacientes y positivos, buscar el lado bueno de las cosas, todas tienen un lado bueno por descubrir.
- Debemos tomar decisiones, no importa si muy buenas o menos buenas, lo importante es no estancarse, y saber que seremos capaces de hacer frente al resultado final porque sabremos sacar la parte positiva.
- Debemos asumir las riendas de nuestro presente, el pasado ya no importa y las viejas costumbres ya no existen, ahora vemos las cosas desde otra perspectiva.
- Debemos centrarnos en lo que podemos hacer ahora, paso a paso saldremos adelante.
- Debemos estar preparados para asumir los errores, sólo son errores, lecciones que nos ayudan a mejorar y siempre están presentes en nuestro camino.
- Debemos aprender y evolucionar con cada nueva experiencia.
- Ante cualquier traspiés, respira hondo 3 veces y vuelve a empezar.
El cambio también puede ser bueno
Por supuesto que los cambios no son fáciles, pero debemos de ser conscientes que nos acompañaran a lo largo del camino, y da igual que sean cambios laborales, personales, tecnológicos, etc. Lo importante es saber que somos capaces de adaptarnos y ver el lado positivo de los cambios, que sin duda harán nuestra vida más divertida.
Me gustaría dejaros un pequeño relato de. Pedro Pablo Sacristán como ejemplo de superación y adaptación a los cambios. Porque llegado el momento, que las cosas cambien no es malo en sí mismo, depende de nosotros abrir los ojos y hacer que los cambios sean buenos.
Había una vez un muelle que vivía tranquilo y seguro dentro de su bolígrafo. Aunque oía muchas cosas procedentes del exterior, vivía creyendo que fuera de su mundo, el bolígrafo, no había nada bueno. Sólo pensar en dejar su bolígrafo le daba tal miedo que no le importaba pasar su vida encogiéndose y estirándose una y otra vez en el minúsculo espacio del bolígrafo.
Pero un día se acabó la tinta y cuando su dueño lo fue a cambiar tuvo un despiste; el muelle saltó por los aires y fue a parar al desagüe del lavabo y por ahí se perdió de vista. El muelle, aterrorizado y lamentándose de su suerte, atravesó tuberías y tuberías, pensando siempre que aquello era su fin.
Durante el viaje por las cañerías no se atrevió a abrir los ojos de puro miedo, sin dejar ni un momento de llorar. Arrastrado por el agua, siguió, siguió y siguió, hasta ir a parar a un río y cuando la corriente perdió fuerza, al ver que todo se calmaba, dejó de llorar y escuchó a su alrededor, y al oír sólo los cantos de los pájaros y el viento en las hojas de los árboles, se animó a abrir los ojos.
Entonces pudo ver las aguas cristalinas del río, las piedras del fondo y los peces de colores que en él vivían y jugaban. Comprendió que el mundo era mucho más que su pequeño bolígrafo y que siempre había habido muchas cosas en el exterior esperando para disfrutarlas.
Espero que os haya gustado y os sirva de inspiración para afrontar los cambios y afrontar este nuevo año con actitud positiva.