Llegados a este punto, tras una reflexión previa a la implantación, nos lanzamos a elegir qué software vamos a utilizar y quien va encargarse de esta implementación, para ellos nos basaremos en los siguientes criterios.
Para la selección del software, nos fijaremos en:
- Datos de mercado del proveedor: cuota de mercado y evolución, licencias vs. servicios, resultados económicos, recursos destinados a investigación, etc.
- Estrategia del proveedor: productos complementarios, principales competidores y diferencias entre ellos, roadmap de la herramienta, etc.
- Funcionalidad de consultas: complejidad del lenguaje, consultas adhoc vs. totalizadas y detalladas, sistemas de ayuda a la generación de consultas, acceso a distintas fuentes de datos en la misma query, acceso vía web al cliente/servidor, consultas variables en función del usuario que la ejecuta, etc.
- Funcionalidad de informes: flexibilidad, complejidad de generación de documento (distintas fuentes de datos, tablas combinadas, gráficos, etc.), tipos de gráficos, formatos de tablas, cálculos basados en el informe, agilidad en diseño de nuevos informes, capacidades de navegación (drill down, vinculación de filtros entre componentes etc.), diseño WYSWYG, alertas de información (programadas, variedad de formatos, multidispositivos, integración en portales web), etc.
- Funcionalidad OLAP: arquitectura (MOLAP, ROLAP, HOLAP, DOLAP), proceso de construcción de cubos, método de pivotar cubos y arrastras y soltar, tiempo de respuesta, jerarquías alternativas, navegar al detalle, juntar tablas y gráficos y navegar de forma sincronizada, etc.
- Funcionalidad de administración: sistema de autenticación (SSO, Roles, etc.), información y monitorización de uso, control de cambios, entornos de funcionamiento (pre / pro / recovery), etc.
- Precios: política licenciamiento (nominales, concurrentes, por servidor, CPU), mantenimiento (importe, actualizaciones y soporte), soporte (niveles, importe, FAQ, formación, certificación) y presupuesto global del proyecto.
Por último, para la elección del implementador, nos basaremos en los siguientes criterios:
- Historia
- Estabilidad financiera
- Recursos humanos y de gestión
- Cobertura geográfica
- Servicios ofertados
- Experiencia con el producto y en el sector
- Especialización vertical.
- Experiencia con clientes afines
- Metodología y herramientas de desarrollo
- Productos y metodologías implementadas
- Grado de confianza
imagen: Jo Christian Oterhals