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Durante este mes en Clavei, hemos apostado por la evolución en Espíritu de Equipo, y es por esto que me gustaría transmitiros algunas reflexiones sobre este tema. En toda empresa que pretendamos poner en marcha, antes que las instalaciones, los capitales, los instrumentos y herramientas, hay un capital humano, de cuya actividad, inteligencia y esfuerzo combinado y organizado depende el éxito de la empresa.
Los objetivos e intereses de este capital humano son comunes, aunque a mi entender van dirigidos en tres vertientes distintas:

– Primero: Satisfacer las necesidades del cliente externo o consumidor, ya que por él existe la empresa.

– Segundo: Satisfacer las necesidades del cliente interno (intrínsecas y extrínsecas), que ayudara a conseguir el primer objetivo de forma óptima.

– Tercero: Satisfacer las necesidades de los que aportaron capital para fundar la empresa en forma de beneficios.

Para que la empresa consiga la eficiencia y el éxito, el capital humano ha de conseguir sus objetivos y para ello es preciso “trabajar en equipo”.
Es aquí donde hemos de diferenciar entre trabajo en equipo y equipo de trabajo, es decir, entendemos por “El equipo de trabajo” a un conjunto de personas asignadas en función de unas habilidades y competencias específicas, para cumplir una determinada tarea u objetivo bajo una supervisión. Mientras que entendemos por “Trabajo en equipo” a un grupo de personas que utiliza una serie de estrategias, métodos y procedimientos con el fin de conseguir un objetivo común.
Muchas empresas que pretenden fomentar el espíritu de equipo, sólo consiguen crear equipos de trabajo, puesto que para fomentar el trabajo en equipo es necesario que la información fluya a todo el equipo, generar un clima de trabajo agradable tanto en lo físico como en lo psicológico y por supuesto especificar los tiempos para la consecución de tareas.
Un ejemplo en forma de cuento quizá podrá ayudar a entender que “Las cosas que parecen imposibles para uno sólo pueden conseguirse cuando todo el mundo ayuda”.
Os cito un famoso cuento sobre el trabajo en equipo:

En el arca de Noé los animales llevaban tanto tiempo que empezaron a organizar juegos y actividades para divertirse. Pero no tuvieron mucho cuidado, y en uno de los juegos, un pájaro carpintero terminó haciendo un agujero en el fondo del arca. El agujero empezó a crecer, y en poco tiempo comenzó a entrar muchísima agua. Uno a uno, los distintos animales trataron de arreglarlo, peleándose incluso por ser los que salvaran el barco, pero ni siquiera la presa del castor pudo hacer nada. Empezaron a asustarse y pensaron que el barco se hundiría, pero entonces la abeja explicó a todos cómo ellas siempre trabajaban todas juntas y en equipo, cada una haciendo lo que mejor sabía, y todos comenzaron a organizarse y ayudarse: los pájaros tiraban todos juntos del barco hacia arriba, los elefantes y otros animales grandes llenaban sus bocas de agua para sacarla del barco, los más rápidos iban de acá para allá juntando materiales que los que construían nidos y madrigueras utilizaban para arreglar el boquete cada vez mayor. Así, todos trabajando, consiguieron frenar un poco el hundimiento, pero no pararlo. Desesperados, siguieron buscando si faltaba algún animal por ayudar. Buscaron y buscaron, pero en el barco no había nadie más. Pero de repente, un pez se coló en barco, y los animales se dieron cuenta de que ¡aún no habían pedido ayuda a todos los animales del mar! Pidieron al pez que buscara ayuda para salvar el barco, y acudieron peces y peces, y hasta una gran ballena que terminó por cubrir el agujero mientras el resto de animales reparaban el barco. Y así fue como todos los animales se salvaron con la ayuda de todos.
“Al final si todos colaboran, los objetivos imposibles pueden superarse”

Espero que os haya gustado y os ayude reflexionar.

Bibliografia: “Cuentos para Dormir: Los problemillas del Arca, Pedro Pablo Sacristán”


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